El error que cometió el otro día en Australia cuando iba líder, camino de un triunfo que le hubiese permitido superar a Loeb en la general del Mundial, ya no tiene remedio. Ahora Sébastien Ogier tiene la vista puesta en la próxima cita del Mundial, el Rallye de Francia, segunda cita de asfalto de la temporada, donde acabó sexto el pasado año después de sufrir una salida de carretera cuando trataba de buscarle las cosquillas a ‘Seb’ en su propio terreno.
Sin embargo, hace unas semanas en Alemania Ogier demostró que este año ha experimentado un notable avance sobre asfalto, su caballo de batalla hasta ahora, ganado ritmo y consistencia. Su victoria en Trier se le sirvió en bandeja de plata tras el pinchazo de Loeb, pero, hasta entonces, había estado echándole carreras, y de qué manera, a su compañero de equipo; a pesar de, eso sí, las consignas que le habían dado sus jefes…
Con el fin de volver a pelearse por los primeros puestos en la siguiente prueba de la temporada sobre el negro alquitrán, el Rallye de Alsacia, Ogier ha estado haciendo test recientemente con su Citroën DS3 WRC. Además este fin de semana tomará la salida en el Rallye de los Vosgos, prueba puntuable para el Nacional Francés, al volante del vehículo del doble chevrón. Sin duda un bagaje importante para intentar ganarle la partida a Loeb en su propio campo…