Fuente: revistascratch.com
Ogier tuvo que dar explicaciones a sus jefes
Por la actitud que mostró durante el Rallye de Alemania
Algunos creían que la rivalidad entre Loeb y Ogier había alcanzado su punto álgido en el Acrópolis, pero el particular culebrón que vienen protagonizando los dos pilotos de Citroën desde hace unos meses vivió un nuevo capítulo en el Rallye de Alemania, esta vez cambiándose los papeles entre uno y otro.
Si en Grecia fue ‘Seb’ quien pagó el pato de las decisiones de Quesnel, en Trier el responsable deportivo del Grupo PSA, que parece haber recibido consignas muy claras desde la cúpula de la marca, optó por mandar a Ogier, su protegido, que levantase el pie después de la etapa del viernes y que no atacase a su compañero y líder del rallye. El chico de Gap marcó un ritmo en los tramos del sábado que no podía calificarse precisamente de conservador -fue el más rápido en cuatro especiales-. No llegó a adelantar a Loeb, que también se vio obligado a seguir apretando para que su tocayo no le diese caza -se impuso en tres especiales-, hasta que un pinchazo en la última cronometrada del día dejó a Ogier liderando en solitario a falta de la última etapa. Ese lance de la competición que le acabó dando la victoria fue definido por el segundo piloto de Citroën como un gesto de «justicia deportiva«. Una actitud que no fue bien vista por los dirigentes del equipo, que convocaron a Ogier la pasada semana para que diese explicaciones sobre su comportamiento.
No sabemos si en esa reunión se habló también del futuro del francés en el equipo del doble chevrón, pero viendo el cariz que está tomando la situación, y puesto que ahora Loeb vuelve a ser el número uno de Citroën -condición indispensable en su renovación-, todo parece indicar que ambas partes están por la labor de alcanzar un acuerdo para romper el vínculo que les une hasta 2012 -con opción a una temporada más- y que Ogier pueda correr por otra marca el año próximo. C’est la vie, mon ami…