Ahora o nunca. 2016 es un año determinante en la carrera profesional de Carlos Sainz como piloto de Fórmula 1. Enfrente, un volante titular en Red Bull Racing. A su lado, un compañero de equipo fortísimo que centraliza aplausos y alabanzas. Detrás, el eco de apellidos como Alguersuari o Vergne, apellidos que le recuerdan que está en una casa poco aficionada a dar terceras oportunidades. Velocidad no le falta, tampoco el deseo de brillar y explotar el talento que en 2015 tuvo que contener a causa de siete abandonos por razones mecánicas. La presión es máxima, pero se mantiene impasible. No es la primera ni la segunda vez que se ve contra las cuerdas y sabe que rendir al 100% sólo depende de él.
Pregunta: ¿Qué lección vital sacó de su primer año en la Fórmula 1?
Carlos SAINZ: «Que es un mundo muy complicado de entender, tanto dentro de la pista como fuera. Que es más complejo de lo que la gente se puede llegar a imaginar. La temporada es muy larga, es muy fácil perder energía con tanto viaje y agendas tan marcadas, rutinas repetitivas. Todo está planteado al milímetro, al minuto. Eso te quita bastante energía, pero son un mundo y una vida que no cambiaría por nada. Lo amo, lo disfruto y me encanta».
P: Su padre dijo en enero que la gente se iba a sorprender cuando viera su talento. ¿Qué puede demostrar que no se haya visto ya?
C. SAINZ: «Creo que si hubiera terminado la carrera de Rusia, todavía se estaría hablando de ese fin de semana, de que remonté de la 20ª posición a la quinta o la sexta. Simplemente con haber acabado esa carrera, no haber tenido un pit-stop lento en Austin y haber sido yo el que terminara cuarto, sin estas cosas que me pasaron el año pasado que no me dejaron terminar de sorprender, creo que ahora las entrevistas irían en otro tono. No tanto ‘qué pena de año, con lo bien que lo hiciste’, serían más ‘qué buen año hiciste’. Hice carreras muy buenas, pero no se habló de ello».
Sin las pequeñas cosas que en 2015 no me dejaron terminar de sorprender, las entrevistas irían en otro tono
P: Segundo año con Toro Rosso, y Red Bull no suele mantener mucho más una misma alineación. La presión debe de ser incluso mayor que en 2015. ¿Ya le fue posible desconectar en invierno sabiendo esto?
C. SAINZ: «Sí, uno de mis objetivos en invierno es tener una semana para desconectar al máximo posible. Siempre habrá alguna cosa en la que pensarás o te plantearás en el momento de ir a dormir, pero ha habido un periodo de desconexión. La presión está ahí, pero la tenemos todos los pilotos de Fórmula 1. No tengo ninguna duda de que todos queremos estar en un equipo grande y en 2017 se abre un abanico de posibilidades. Todos tenemos la misma presión de querer ir a un equipo grande y hacer un buen año, queremos estar ahí».
P: A lo largo de su carrera siempre ha tenido que demostrar su valía. Ocurrió en la GP3 y en las World Series by Renault. ¿Haber estado ya bajo presión es algo que juegue a su favor ahora?
C. SAINZ: «Sí, considero que sí. Juega a mi favor. He estado en esta situación toda mi carrera deportiva, siempre ‘ahora o nunca’. Red Bull te pide que ganes todos los años, que sorprendas todos los años. Éste para mí es un año más».
P: Un auténtico sinvivir.
C. SAINZ: «Es un sinvivir, pero al final tu mente se acaba acostumbrando a ello y te adaptas a ese tipo de situaciones».
P: ¿En qué cualidades se fija Red Bull, más allá de los resultados?
C. SAINZ: «Creo que en la consistencia, la madurez y la velocidad. Saben que todos tenemos velocidad. Creo que saben que yo soy rápido, no me cabe la menor duda de ello. Pienso que lo que buscan más en mí es la consistencia durante todo el año y también la madurez».
P: ¿Cree que este año ha de ser más agresivo, más visceral?
C. SAINZ: «Considero que he de sacar mi modo más visceral cuando tengo que sacarlo y sacar mi modo calculador cuando toca. Pienso que el mejor piloto del mundo tiene que tener esas dos cualidades. Fernando Alonso, que es mi referencia, es controlador cuando le toca serlo. Nadie le critica por serlo. Ese es mi objetivo, es la forma de pilotar que quiero sacar este año, como ya demostré en 2015. Pienso que no se me puede tachar de calculador ni de reservado en Austin, ¡en Suzuka incluso me pasé de visceral con la entrada a boxes! Tengo que coordinar eso bien y tomar las decisiones correctas».
Red Bull ya sabe que soy rápido, buscan en mí consistencia durante todo el año y madurez
P: Daniil Kvyat ha dicho que en su primer año con Red Bull le costó adaptarse porque no tenía un círculo de confianza a su alrededor. ¿Se notó en una situación similar el año pasado?
C. SAINZ: «Mi situación era relativamente, por no decir totalmente, diferente gracias a mi ingeniero. Marco Matassa me ayudó a integrarme dentro del equipo. Que los mecánicos sean italianos también te ayuda a crear un vínculo con ellos, como yo hablo italiano tengo una relación muy buena con la mayoría. No cambiaría mi adaptación al equipo de ningún modo».
P: Hábleme de su ingeniero.
C. SAINZ: «Matassa es una persona que empatiza mucho con el piloto. Tiene experiencia con los pilotos rookies. Llevó a Ricciardo y a Kvyat, sabe perfectamente lo que pensamos, la presión que tenemos, cómo hay que tratarnos. Y al ser latino, hay más cercanía. Él crea un vínculo entre piloto e ingeniero que quizá a los ingenieros ingleses les cuesta más crear. Como ingeniero, hace su trabajo a la perfección».
P: Más allá de la relación profesional, parecen amigos.
C. SAINZ: «En la Fórmula 1 hay que intentar crear ese ambiente. Todas las relaciones son muy superficiales. La gente es simpática, pero porque tiene que serlo. Es su trabajo. Pero en el caso del ingeniero y el piloto, es importante porque somos dos personas en una. Los dos hacemos que el coche vaya rápido. Creo que es positivo dar un pasito hacia la amistad».
P: ¿Es el mejor ingeniero con el que ha trabajado?
C. SAINZ: «Sí, seguro. Con pocos ingenieros en mi vida he creado un vínculo así. Cada vez que salgo a pista él quiere lo mejor para mí, eso te da mucha tranquilidad. Él pondría mi carrera deportiva por delante de casi cualquier cosa. Cuando tienes a una persona que daría tanto por ti, estás tranquilo. Sabes que cuando sales a pista él también ha dado lo mejor de si».
Verstappen y yo seríamos una de las mejores parejas del paddock si no compitiéramos entre nosotros
P: Sorprendió que en 2015 su ingeniero no fuera Xevi Pujolar, que es quien lleva a Max Verstappen.
C. SAINZ: «Sí, creo que Max acertó en unos entrenamientos libres en el coche de Jean-Eric Vergne (Abu Dabi 2014). Tuvo a Xevi como ingeniero, creo que entonces ya crearon un vínculo, una relación que mantuvieron al año siguiente».
P: Verstappen y usted persiguen un mismo objetivo, que es un volante en Red Bull. ¿Cómo se nota eso en el box?
C. SAINZ: «Somos dos pilotos muy rápidos con el mismo objetivo, queremos hacerlo bien y demostrar nuestra capacidad a los jefes. Pero no consideramos que eso pase por tener una rivalidad fea. Creemos que debe basarse en el respeto mutuo. Al final, los dos tenemos una misma pasión y unas mismas ambiciones. Si no compitiéramos el uno contra el otro, creo que seríamos una de las mejores parejas del paddock. Eso habla bien de los dos».